En la orilla hemos permanecido por mucho tiempo, mientras avanza sin contemplación la pérdida de la línea costera en el Atlántico y Pacífico colombiano. A medida que se intensifica el cambio climático, el mar con su fuerza está degradando las playas, transformando y disminuyendo el territorio marino costero. Es así que proteger y restaurar estos ecosistemas a través de acciones sostenibles debe convertirse en una prioridad nacional.
Los colombianos tenemos el privilegio de estar rodeados por dos océanos. Según datos oficiales de la Dirección General Marítima (DIMAR), el 44,85 % del territorio es marino-costero (589.560 km2 en el mar Caribe y 339.100 km2 en el océano Pacífico); de los cuales, 4.171 kilómetros pertenecen a la línea de costa (2.582 km en el Caribe y 1.589 km en el Pacífico). La erosión costera es una problemática que tiene en riesgo crítico al 30 % del litoral Caribe y al 27 % del litoral Pacífico, entre otras razones, por el acelerado aumento del nivel del mar, de acuerdo con el Ministerio de Ambiente.
Las proyecciones son alarmantes, se estima que para el año 2040, se podrían perder 12.628 hectáreas de costa. La organización Climate Central, en sus análisis para el 2050, identificó algunos lugares de Colombia que desaparecerían o estarían al menos muy afectados por el aumento del nivel del mar como El Cabo de la Vela en La Guajira, el Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta, algunos sectores de Cartagena, Juradó y Curiche de Chocó, Buenaventura, la costa de Nariño. Todos los casos de erosión costera en el país, deben encender las alarmas porque lo más evidente es que reiteradamente se ha desatendido esta problemática.
Aunque en los últimos años se ha avanzado en la implementación de políticas públicas y la normativa en el manejo de zonas costeras, los crecientes desafíos y problemas derivados de los efectos del cambio climático exigen la creación de un marco regulatorio que establezca medidas para la sostenibilidad, restauración e interinstitucionalidad del territorio marino y costero, en el cual se incluya la creación de entidades del orden nacional con autonomía y facultades para llenar los vacíos de competencias que existen en el país. En este sentido, actualmente en el Senado de la República cursa su trámite el proyecto de ley 382 de 2025, que recibió aprobación tras su primer debate en la Comisión Quinta, nos encontramos a la espera de su discusión en la Plenaria del Senado.
La pérdida de terreno costero como consecuencia de la ausencia de políticas públicas acertadas para contrarrestar la erosión costera y la implementación de acciones poco efectivas para frenar su avance está dejando en alto riesgo a muchas comunidades, su biodiversidad, economía e infraestructura. En Colombia es urgente establecer un marco legal que regule de manera efectiva la planificación, ejecución y evaluación de las acciones orientadas a la protección del territorio marino-costero, así como de los ecosistemas marinos y costeros. Esperamos la pronta aprobación de este proyecto de ley para empezar a contrarrestar de manera eficiente el fenómeno de erosión costera en el país.